La amistad con John Paul Penry, discapacitado condenado a muerte en Texas.
Una larga amistad de más de 20 años cimentada con cartas, dibujos, visitas, ayuda legal y económica. Johnny, discapacitado mental, ha pasado 25 años en el corredor de la muerte de Texas.
Presentamos a los jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos una declaración jurada con valor legal en su favor llamada «Amicus brief». Se trata de un instrumento legal que utilizan los abogados de procedimientos de apelación que permite que las personas y/o las organizaciones participen en un proceso penal haciendo valer su propio parecer competente. En el caso de Johnny afirmamos, con varios argumentos, que los discapacitados mentales deben ser excluidos de las ejecuciones de condena a muerte y que estas violan la Constitución de Estados Unidos (octava enmienda) y las leyes internacionales.
Tras conocerse la anulación de la sentencia a muerte de John Paul Penry, la Comunidad de Sant’Egidio impulsó un llamamiento para seguir protegiendo su vida. Asociaciones de discapacitados difundieron un llamamiento a favor de Johnny y lo ayudaron en su proceso judicial.
Johnny había sido condenado a muerte en 1980. En 1989 el Tribunal Supremo de EEUU, teniendo en cuenta su retraso mental, confirmado por pruebas periciales de varios expertos, anuló la condena a muerte.
En 1990 fue sometido a un nuevo juicio y fue nuevamente condenado a muerte.
En 2000 su ejecución se aplazó pocas horas antes de llevarse a cabo.
El Tribunal Supremo anuló nuevamente su condena a muerte en 2001.
En 2002 el Tribunal Supremo abolió la pena capital para los discapacitados mentales. A pesar de ello, Johnny fue condenado a muerte de nuevo. En 2005 el Tribunal de Apelaciones de Texas anuló finalmente la condena a muerte al considerar inadecuadas las instrucciones que el Tribunal del primer juicio había dado al jurado, al tratarse de un imputado con retraso mental.
En 2008 la decisión de la Dirección del Distrito Criminal del Condado de Polk confirmó la anulación definitiva de la condena a muerte.
Actualmente seguimos siendo amigos. También seguimos comprobando que se respetan los derechos humanos, pues queremos asegurarnos de que se le reconozcan los derechos que sanciona el fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos y los que reconoce la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que está en proceso de aprobación en las Naciones Unidas.