Recibir una carta es símbolo de esperanza de que alguien te tiene presente, incluso para un recluso condenado a muerte.
Stefania Tallei es parte de la Comunidad de Sant’Egidio y explica que hay muchas buenas razones para convertirse en amigo por correspondencia de uno de ellos.
Mi familia no me escribe y me siento muy solo…
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant’Egidio
“(Este proyecto) nació así, de simples instrumentos como el papel y la pluma, pero instrumentos muy íntimos. Llegaban solicitudes de jóvenes a la comunidad de Sant’Egidio que nos decían: ‘Sé que no puedes hacer mucho para ayudarme, pero por lo menos escríbeme una carta’”.
Explica que el sufrimiento de los familiares de las victimas es un tema central. Muchos de ellos, agrupados en asociaciones, no apoyan esta condena. Dicen que la pena de muerte de la persona que ha cometido un crimen no restituye nada.
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant’Egidio
“(Principalmente) son personas condenadas en Estados Unidos. Por fortuna la hemos abolido en Italia, en Europa y en Latinoamérica. Gran parte de África la está aboliendo. En Asia y en el mundo islámico la situación es más difícil. Asia central la ha abolido. Se trata de personas condenadas a la pena de muerte, que cada día tienen miedo de poder ser asesinados”.
Por eso, recibir una simple carta representa un enlace con el mundo exterior y, a menudo, la posibilidad de establecer una amistad sincera y duradera. Incluso, durante momentos difíciles como la pandemia.
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant’Egidio
“Ellos siguen las noticias de los países donde tienen un amigo con el que se cartea y que está afuera, libre. Con respecto a lo que vivimos en Italia ellos se preocuparon mucho, uno me dijo: ‘Cuida tu salud, te lo pido’. Se preocuparon mucho escuchando las noticias, ya que Italia fue el primer país europeo en sufrir la pandemia”.
Ejemplo de ello es esta carta que le hicieron llegar durante la cuarentena.
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant’Egidio
“(Me dicen) consígueme un amigo que me escriba, que me pueda entender, que pueda seguir mi situación, que no se canse de mi. Esto es muy importante, es necesario no abrumarse con su situación que es siempre la misma o que puede empeorar”.
Para la Comunidad de Sant’Egidio esta iniciativa representa ensanchar las barras de la prisión al afecto y ayudar a no perder la esperanza.
Es posible sumarse al proyecto “Escribe a un condenado a muerte” a través del portal www.santegidio.org
Daniel Díaz Vizzi