Kenneth Eugene Smith, de 58 años, fue ejecutado el jueves a las 20:25 (hora de Alabama).
Su ejecución pasará a la historia: el estado de Alabama ha utilizado por primera vez en la historia la hipoxia por nitrógeno como método de ejecución. Después de que el Tribunal Supremo rechazara su última apelación, fue atado a la camilla de la sala de ejecución de la cárcel de Holmes y fue obligado a respirar nitrógeno puro altamente concentrado. Antes de morir, Smith pronunció sus últimas palabras: «Hoy Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Me voy con amor, paz y luz; os amo. Gracias por haber estado conmigo, os amo a todos».
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, declaró estar preocupado porque «este método nuevo y no probado de asfixia con nitrógeno gaseoso puede equivaler a la tortura, o a un trato cruel, inhumano o degradante».
El caso
Kenneth Eugene Smith nació en 1965 y lleva 34 años detenido en el corredor de la muerte de Holman (Alabama, EEUU).
Fue condenado a muerte por el homicidio en 1988 de Elizabeth Dorlene Sennett. Una vez finalizado el juicio, el jurado votó cadena perpetua por 11 a 1, pero el juez, utilizando una norma abolida en 2017 y que ya no está vigente en ningún estado de EEUU, ignoró el voto del jurado y condenó a Smith a muerte.
La ley que prohibía que los jueces «fueran más allá» de las recomendaciones de los jurados no era retroactiva, y desde 2017 los defensores de Smith han intentado de todos los modos posibles, sin éxito, que se revisara la condena. Por otra parte, sobre la dinámica del homicidio hay dudas de si el esposo de la señora Sennett pagó a Kenneth Smith para que la asesinara.
La ejecución de Kenneth Smith ya se había fijado para el 17 de noviembre de 2022. Smith se había opuesto a la inyección letal y había pedido que lo ejecutaran por «hipoxia por nitrógeno», método consistente en sustituir el oxígeno del aire por nitrógeno para provocar la muerte por asfixia, únicamente para que suspendieran la ejecución. El Tribunal Supremo rechazó la solicitud de suspensión y permitió que Alabama procediera con la inyección letal. La ejecución se interrumpió porque los funcionarios de Alabama no habían podido inserir en vena la aguja para los fármacos letales. John Q. Hamm, comisario de la cárcel, declaró en conferencia de prensa que los funcionarios de la cárcel, a lasa 23.21h vieron que no podrían introducir el segundo catéter (indispensable para la ejecución) antes de la medianoche, hora en la que vencía el mandato de ejecución, y decidieron interrumpir el proceso. Era el segundo caso en dos meses, y el gobernador decidió hacer una pausa en las ejecuciones para hacer una revisión interna de los procesos de inyección letal. Las ejecuciones se reanudaron en julio de 2023. Otros estados ―Arizona y Texas― han tenido problemas similares para introducir el catéter intravenoso y han tenido que modificar su protocolo habitual para presos discapacitados que no pueden extender totalmente el brazo. Muchos condenados del corredor de la muerte son ancianos cuando se programa su ejecución, algo que puede complicar encontrar venas adecuadas.
En el caso de Smith, el Tribunal Supremo determinó en mayo de 0223 que la ejecución de Smith se puede llevar a cabo utilizando la denominada «hipoxia por nitrógeno», método consistente en sustituir el oxígeno del aire por nitrógeno para provocar la muerte por asfixia. En agosto el fiscal general del Estado presentó la solicitud para fijar la fecha de ejecución. Tres estados han aprobado el nitrógeno como método de ejecución: Alabama, Mississippi y Oklahoma. Su uso como alternativa a las inyecciones letales se planteó en 2015 en Oklahoma, porque las autoridades no podían comprar los fármacos que utilizaban para las inyecciones letales a causa del boicot de las empresas farmacéuticas internacionales. Pero actualmente se evita utilizar el nitrógeno para sacrificar a los animales porque es muy doloroso; además, nunca se ha utilizado para los seres humanos. Su uso en las ejecuciones significaría un experimento en humanos que está éticamente prohibido. Por otra parte, el protocolo sobre el uso de nitrógeno en las ejecuciones, publicado recientemente en Alabama, revela, según muchos observadores, que el Estado no sabe el sufrimiento que experimenta el condenado y que puede representar una pena cruel e inusual, que entra en conflicto con la octava enmienda de la Constitución.
Para saber más: Pena de muerte, Kenneth es el conejillo de indias de la crueldad, artículo de Mario Marazziti en L’Unità