El Estado de Texas dio muerte a Ivan Cantu, condenado por homicidio, a pesar de las pruebas de su inocencia. Es una historia de justicia controvertida que suscita debate Ivan Cantu, un detenido de Texas que durante años ha afirmado que había sido condenado injustamente en base a testimonios falsos y pruebas discutibles, fue ejecutado mediante inyección letal el miércoles por la tarde, a las 18:47, en la penitenciaría estatal de Huntsville.
Nuevas pruebas ignoradas
Su condena fue controvertida desde el inicio. Su abogada, Gena Bunn, luchó por una audiencia en el juzgado sobre nuevas pruebas que podrían demostrar la inocencia de su cliente. Bunn destacó que un testigo clave admitió haber mentido y que un reloj Rolex, de cuyo robo se había acusado a Cantu, apareció más tarde.
Un sistema legal cuestionado
A pesar del apoyo de abogados, personajes públicos e incluso miembros del jurado de su primer juicio, la ejecución de Ivan se llevó a cabo. Fue una ejecución que ha suscitado preguntas sobre la verdad del sistema legal y sobre la equidad de las condenas a muerte. Aunque los abogados de Cantu afirmaron que existen nuevas pruebas que podrían demostrar su inocencia, el tribunal ha rechazado sus apelaciones y ha afirmado que las nuevas pruebas no eran creíbles o suficientes para justificar un aplazamiento de la ejecución.
Un futuro incierto
La historia de Ivan Cantu está destinada a ser una de las más controvertidas de la historia judicial de Texas, pues suscita dudas sobre la eficacia del sistema legal y sobre la capacidad de la justicia para garantizar la verdad y la igualdad para todos los ciudadanos.
Su historia
Ivan Abner Cantu, hispano, nació en 1973 y estaba preso en el corredor de la muerte de Texas desde 2000. Fue condenado a muerte en 2001 por el homicidio de su primo James Mosqueda y de Amy Kitchen, la novia de James, en Dallas. Ivan siempre ha afirmado su total inocencia. Durante todo el juicio, Ivan nunca tuvo una defensa adecuada. Los abogados de oficio, nombrados por el Estado, no llamaron a ningún testigo, no pidieron ningún informe pericial y no presentaron al juez ninguno de los muchos elementos probatorios de su inocencia. Además, nunca pidieron recusar a peritos y testigos de la acusación, a quienes los investigadores, ilícitamente, dijeron en varias ocasiones qué debían decir o dejar de decir, y la principal testigo contra Ivan fue posteriormente condenada por perjurio. Nunca se hicieron pruebas de ADN a Ivan. En 2023, tras numerosas peticiones, muchas de Sant’Egidio, aplazaron por última vez la ejecución. Investigaciones independientes demostraron que las pruebas eran incompatibles con la condena. A pesar de ello, el Tribunal de Apelación penal de Texas no tuvo nada de todo ello en cuenta.