Reactivaremos la movilización para salvar a Rubén con la ayuda de sus numerosos amigos por carta.  Por el momento, se ha suspendido la ejecución de Rubén.

Por desgracia, Texas es uno de los estados que ha ignorado la pausa que ha impuesto el covid-19. Se había fijado para el 6 de junio la ejecución de Rubén Gutiérrez, que hace años que se escribe regularmente con amigos por carta a través de la Comunidad de Sant’Egidio. No nos resignamos y si hace falta volveremos a poner en marcha una gran movilización enviando una petición al gobernador de Texas: ¡No hay justicia cuando se quita la vida!

La historia
El 5 de septiembre de 1998, en Brownsville (Texas), Rubén y dos hombres entraron a robar en la caravana de Escolastica Harrison, una mujer hispana. La víctima murió tras recibir varios impactos de arma blanca. El botín ascendió a 56.000 dólares.

Desde el primer momento Rubén admitió haber participado en el robo, pero siempre declaró que no había sido el autor material del homicidio. Su cómplice, René García, que fue condenado a cadena perpetua, lo acusó. Por eso Rubén fue condenado a muerte.

Rubén ha defendido siempre su inocencia, y ha destacado que no hay pruebas que lo incriminen. Ha pedido en repetidas ocasiones –sin que se atienda su petición– someterse a pruebas de ADN para demostrar su inocencia.

El 18 de septiembre de 2018 se fijó una fecha de ejecución, pero un juez federal la suspendió al comprobar la total incompetencia del abogado defensor (públicamente admitida por el afectado) en casos de sentencia capital. Se fijó una nueva fecha para el 30 de octubre de 2019 y fue nuevamente suspendida porque no se habían aclarado todavía problemas anteriores.

Hoy Rubén tiene 43 años y se escribe desde hace un tiempo con algunas personas de la Comunidad de Sant’Egidio.