Numerosos estudios demuestran que aplicar la pena de muerte comporta el riesgo de dar muerte a un inocente, que su uso suele discriminar a los más pobres y los más débiles y que en los países abolicionistas se produce una reducción en el número de delitos. Estar informado reduce el apoyo a la pena capital. Pero el testimonio de hombres y mujeres activistas, de familiares de víctimas y de personas que estuvieron condenadas a muerte ayuda a entender mejor la situación.
Recogemos en este espacio historias, libros y dosieres para no dejar que la cultura de muerte y la lógica de la represalia contaminen los sentimientos y el aire que respiramos.