El jueves quedó abolida la pena de muerte en el estado de Washington. El gobernador demócrata, Jay Inslee, firmó una ley que elimina esta condena aprobada por el estado. El Alto Tribunal del estado había eliminado la pena de muerte en 2018, pero la ley seguía aún en vigor.

Además de la pena de muerte, el proyecto de ley 5087 del Senado eliminó también otras leyes, como la que permitía la esterilización como castigo penal.

«Apliqué una moratoria contra la pena de muerte en el estado de Washington en 2014, y la motivación que nos llevó a tomar aquella decisión fue confirmada por la decisión del Tribunal Supremo de 2018, cuando invalidó la pena de muerte», dijo Inslee durante la firma de la ley el jueves pasado. «Han indicado, y sabemos que es cierto, que la pena de muerte se ha aplicado de manera injusta e insensible desde el punto de vista racial«.

En 2018 el Tribunal Supremo del estado de Washington determinó que la pena de muerte es inconstitucional porque se aplica de manera no transparente. El uso de la pena de muerte variaba en función del lugar en el que se había cometido el crimen o de la raza del acusado, y constituía una infracción de la Constitución del estado.

El estado de Washington ha llevado a cabo cinco ejecuciones desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos restauró la pena capital en 1976, según datos del Death Penalty Information Center (DPIC). Todos los imputados eran blancos.

Pero algunos estudios han sugerido que la raza influye cuando se trata de decisiones del jurado de condenar a muerte a un imputado. Un informe de 2014 de la Universidad de Washington reveló que los jurados del estado tienen «cuatro veces más posibilidades de imponer una condena a muerte si el imputado es negro«.

El parecer del tribunal también ha conmutado las sentencias de las ocho personas que hay en el corredor de la muerte del estado por cadena perpetua sin posibilidad de condicional.

La última ejecución que llevó a cabo el estado es de 2010, y fue en la cárcel de Walla Walla. Cal Brown fue ajusticiado con una inyección letal por un homicidio de 1991. Entre 1904 y 2010 ejecutaron en Washington a un total de 78 personas, todos varones.

Veintisiete estados, entre los que está Idaho, todavía mantienen la pena de muerte, según el centro de información sobre la pena de muerte (DPIC), que tiene sede en Washington. En Oregón hay una moratoria en vigor para parar esta práctica.

El mes en curso, el gobernador republicano de Idago, Brad Little, ha firmado una ley que permite la ejecución mediante el pelotón de ejecución. Eso convierte a Idaho en el último estado que recurre a métodos más antiguos de pena capital ante la falta a nivel nacional de los fármacos para la inyección letal.