Llamamiento urgente por John Hummel: su ejecución está prevista para el 30 de junio de 2021

Condenado: John Hummel
Fecha de ejecución: 30 junio 2021
Lugar de ejecución: Huntsville (Texas) - Estados Unidos

John Hummel, de 45 años, fue asesinado el miércoles 30 de junio mediante inyección letal en la penitenciaría de Huntsville. Una movilización internacional, impulsada también a través de la campaña «No Death Penalty» de la Comunidad de Sant’Egidio, había pedido medidas alternativas a la pena capital.

El caso

John Hummel, que en el momento de su ejecución tenía 44 años, llevaba diez años condenado a muerte por el homicidio de su esposa Joy y de su suegro Clyde Bedford. Habían reprogramado su ejecución después de que el 18 de marzo de 2020 la aplazaran por el peligro asociado a la pandemia de coronavirus. Tras la ejecución de Quintin Jones, que por desgracia tuvo lugar el pasado 19 de mayo, tenemos motivos para pensar que el Estado de Texas quiere reanudar la cadena de muerte por considerarla una prioridad, ahora que algunos de los peligros sanitarios asociados a la presencia de muchas personas en las ejecuciones parecen parcialmente solucionados.

La decisión de asesinar a John Hummel ha tenido en cuenta el gravísimo crimen cometido, pero no los numerosos elementos concretos que permiten optar por una decisión más clemente. John Hummel había sido marine de los Estados Unidos, servicio del que se retiró con el máximo reconocimiento.Nunca antes había protagonizado ningún antecedente penal ni comportamiento violento alguno.
Durante su detención, su comportamiento nunca mostró indicio de una posible «futura peligrosidad» tal como afirmaba el jurado, que nunca se documentó. Sus defensores afirman que no se abordaron algunos problemas de defensa inadecuada y de conflicto de intereses. 

Desde el corredor de la muerte de Polunski, John Hummel mantiene una extensa red de apoyo y de amistad por carta, de la que forman parte algunos amigos de la Comunidad de Sant’Egidio.

Compartiendo el dolor de quien no puede dejar de sufrir por una muerte cruel, estamos firmemente convencidos de que no puede haber reparación alguna dando muerte a otro ser humano. No hay justicia sin vida. No hay justicia si, ante el mayor de los males, no se tienen en cuenta las razones de la misericordia. Pedimos que quienes pueden decidir la suerte de una vida suspendan la condena y, como sucede cada vez más en todo el mundo, consideren otras medidas alternativas existentes de justicia y clemencia.