
No han sido atendidas las peticiones que se han enviado desde todo el mundo para salvar a Datchinamurthy David Martin, ciudadano malasio de 39 años, que fue ejecutado en la horca el 25 de septiembre en Singapur.
Datchnamurthy estaba en la cárcel de Changi desde 2011 condenado por tráfico de droga después de que le hallaran en posesión de unos 45 gramos de heroína. Su ejecución, que estaba inicialmente prevista para 2022, se había ido aplazando por recursos legales y campañas internacionales de solidaridad.
La familia Datchinamurthy, especialmente su hermana Rani y su madre, vivieron horas dramáticas durante su última visita a la cárcel. La ejecución tuvo lugar por la tarde, tras un inexplicable aplazamiento. Las autoridades carcelarias de Singapur habían comunicado a la familia la suspensión de la ejecución prevista para el alba, y pocas horas más tarde les comunicaban que se reanudaba el proceso y les pedían que procedieran a retirar el cuerpo en menos de dos horas.
En julio de 2024 Datchinamurthy escribió una emocionante carta al papa Francisco, un testamento de esperanza y de fe que hoy resuena con un profundo valor. La Comunidad de Sant’Egidio difundió una petición de salvación hasta el último momento dirigida al Gobierno de Singapur para suspender la ejecución, y expresó su afecto a la familia.
Más de 30 organizaciones de derechos humanos reiteraron la urgencia de poner fin a las ejecuciones capitales en la ciudad-Estado. Datchinamurthy es la tercera persona malasia y la undécima ejecutada este año. Singapur todavía mantiene a más de 40 personas en el corredor de la muerte.